Cuentan que durante una epidemia de peste en Marsella a principios del siglo XVIII, unos ladornes asaltaban y robaban las casas de los apestados, abandonadas por sus atribuladas familias. Cuatro de esos malhechores fueron capturados y condenados a muerte. El juez se extrañó de que aquéllos bandidos, completamente sanos, hubiesen practicado sus fechorías sin contagiarse. La respuesta era que poseían un maravilloso remedio, infalible contra las epidemias, que desvelarían si se les perdonaba la vida. Entonces, el juez aceptó la proposición y los ladrones fueron liberados. La receta era este vinagre de ajo aromatizado, que luego se generalizó como poderoso antiséptico.
Ingredientes:
* Medio litro de vinagre de manzana
* 1 ramita de tomillo
* 1 ramita de romero
* 5 dientes de ajo
Preparación:
Partir los dientes de ajo por la mitad y echar en un recipiente con el vinagre, el tomillo y el romero. Tapar, dejar macerar durante 9 dias y, pasado este tiempo, colar.
Uso:
Este vinagre tiene un alto poder antiséptico y bactericida, lo que lo convierte en un excelente protector contra numerosas infecciones.
Tomar disuelto en agua antes de las comidas. Suministrar tres gotas a los niños y siete a los adultos. Se conserva hasta un año.
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